SANTA MARTA_ En un rincón del Centro Histórico de Santa Marta el tiempo se detiene. Allí, en un pequeño local, con sus crónicas, Fernando Barba Rincón transporta a las gentes al pasado, mostrando en cada una de ellas el objeto que inspira el relato.
Los más de 3 mil libros que tiene en su biblioteca y su recorrido por el mundo, le dan la propiedad para hablar sobre lo que pasó y por qué pasó; lo que fue y por qué no fue y todo cuanto el pasado reciente y contemporáneo contiene.
Coleccionista de antigüedades y numismástico, tiene en su negocio ‘El Faro’, una amalgama de artículos y objetos que por su valor histórico son pretendidos.
Entrar allí es transportarse al ayer. Mobiliarios de la colonia y republicanos; campanas de tonalidades variadas, candeleros, cuadros e imágenes sacras, objetos precolombinos, billetes y monedas de varias denominaciones son admirados.
Una Virgen del Carmen de 1870, otra de Santa Rita, de Casia de 1.800; una silla de comedor para niño de 1880, relojes de bolsillo, de pulso y de pared de 1920 en adelante. Un radio ‘Andreas’, de 1942, otro Philco, de 3 bandas, de 1.938 y uno marca ‘General Electric’ de una sola banda traido por radio sutatenza en el año 1950.
Juegos de cucharas de plata para niños, de 1940, un piano ‘Saint Regis’, de 1.920, una máquina proyectora de 16 mm utilizada en la época del cine mudo (1.920); camas en bronce y madera de 1.880 y obras de artes pictóricas de 1900 y 1920, embelesan a quienes lo visitan.
La colección de billetes y monedas consta de aproximadamente 5 mil. Posee un real o centavo del año 1813, dinero que apareció como soporte para pago notariales, otra moneda de 8 reales del año 1693; una más de igual valor pero cuando Cartagena fue invadida por el pirata «Vernon’, en 1702. Está fue reproducida por los piratas para celebrar la toma a la ciudad heroica.
Fernando Barba es del concepto que la vida es pasajera y por tanto uno no debe aferrarse a lo material.
«Hay que comprar y vender, vivir y disfrutar, pero con límites y con respeto hacia los demás», dijo.