BUENOS AIRES_ La final del Mundial de Qatar 2022 no defraudó. El anunciado duelo este domingo (18.12.2022) entre el astro argentino, Lionel Messi, en su despedida mundialista contra la estrella emergente del fútbol mundial, Kylian Mbappé, fue antológica. Este, a pesar de marcar tres goles en la final, más uno en la ronda de penales, no consiguió revalidar el título obtenido en Rusia 2018.
La hinchada argentina, que vio como su selección perdía el primer partido contra Arabia Saudí, ha atravesado la competición más atípica demostrando ser una de las mejores aficiones del mundo. Les hemos visto corear canciones de cuna para no asustar a un bebé y reírse con el abrupto de «¿qué mirás, bobo?», soltado por Messi tras un partido. Les hemos visto gastarse los ahorros para viajar a la final o anunciar que se quedan para verlo en casa y no traer mala suerte. Les hemos visto celebrar la victoria ya durante el descanso de la final, cuando su equipo ganaba por dos goles de ventaja. Y les hemos visto, sobre todo, sufrir.
«Sufrimos un montón, pero lo conseguimos. No vemos la hora de estar en la Argentina para ver la locura que va a ser eso», aseveró Messi tras levantar la Copa del Mundo. «Es una locura que se haya dado de esta manera. Lo deseaba muchísimo. Sabía que Dios me lo iba a regalar, presentía que iba a ser esta. Ahora a disfrutar». Y eso están haciendo los argentinos, en su país, en Qatar y allá donde se encuentran, incluido París, donde juega el astro argentino y donde hay una gran comunidad.
Éxtasis en la calle más argentina de París
La rue Dauphine, a pocos metros del río Sena, estalló de júbilo después de que Gonzalo Montiel anotase el tanto de la victoria argentina en la tanda de penales. En medio del agua nieve, centenares de argentinos tomaron esta parisina calle al grito de «Messi, Messi».
Alrededor de un atiborrado restaurante «Volver», precisamente uno de los establecimientos que Leo Messi frecuenta mientras juega en el PSG, varias decenas tuvieron que marcharse a otros locales adyacentes y muchos no tuvieron más remedio que quedarse en la calle aguantando temperaturas negativas.
El catarí Nasser Al-Khelaifi, presidente del París Saint-Germain, confesó ante micrófono de beIN Sports sentirse «orgulloso» de sus jugadores Lionel Messi y Kylian Mbappé, campeón y subcampeón del mundo respectivamente. «No puedo estar más orgulloso», dijo. «Hablé con todo el mundo, con todos los jugadores, y es la mejor final de la historia de la Copa del Mundo», sentenció el dirigente del club parisino. Luego confesó que tiene cita ahora con Lionel Messi para hablar de su futuro. «No quiero decir nada sobre Leo, tenemos un acuerdo para hablar tras el Mundial», reveló.
Concentración en el Obelisco
Los argentinos se tomaron las calles de Buenos Aires tras la victoria. El Obelisco, emblema de la ciudad, ubicado en medio de la muy ancha avenida 9 de Julio y lugar de festejo futbolístico por excelencia, fue tomado por los aficionados desde antes de comenzar el partido.