El descenso del Unión Magdalena al torneo de la segunda categoría o ‘B’, tras la derrota 1 – 2 que sufrió ante el Atlético Bucaramanga, en condición de local, no sorprendió a nadie, aunque no dejó de causar tristeza entre sus seguidores.
Lo cierto es que en Santa Marta se comparó al equipo como una persona con un cáncer terminal que por momentos daba visos de mejoría, pero que su muerte estaba predestinada.
Las reacciones de los hinchas ante el retorno a la B, estuvieron mayormente marcadas por el enojo y el resentimiento, en escala de valores. Unas, hacia los jugadores y otras, con mayor énfasis, contra el dueño del club, Eduardo Dávila Armenta, a quien señalan como el directo responsable de esta y las pasadas hecatombes
Parafraseando la expresión popular «de nada vale llorar sobre la leche derramada», que significa lamentarse por cosas que ya no tienen remedio, hoy solo queda resignarse.
«En la B seguiré apoyándolo, porque al Unión se le sigue por amor y pasión, no por conveniencia», escribió Duván Prieto en la plataforma social X.
El equipo de Santa Marta configura el cuarto descenso en su historia (1999, 2005, 2019 y 2023).
Lo anecdótico es que en 2019 también sentenció su descenso con una derrota contra el Atlético Bucaramanga en el estadio Sierra Nevada.