ROMA_ Andrea Bocelli, aclamado tenor italiano, celebra 30 años de carrera musical en colaboración de reconocidos artistas internacionales y tres colombianas como Sofía Carson, Sofía Vergara y Karol G, con quien interpretó su éxito ‘Vivo por ella’. Sus sencillos más grandes fueron regrabados para que sus seguidores revivan las emociones que sintieron la primera vez que las escucharon.
Para las nuevas generaciones que no crecieron cerca del italiano y que lo referencian por sus padres, su discapacidad visual genera curiosidad y muchos se preguntan por la vida personal del gran tenor italiano. Aunque su historia se ha compartido en el pasado, él decidió recordarla en su documental ‘Andrea Bocelli: Because I Believe’, que fue presentado en el Festival de Cine de Toronto.
Bocceli revela que nació con una vista que le permitió conocer el mundo y, aunque no era perfecta, tiene aquellos recuerdos vivos: “Cuando era niño, me consideraban extremadamente miope. Podía ver todo, pero de cerca. Recuerdo muy bien el mundo que veía en ese entonces. Los colores, las texturas. Todo. ¿Cómo podría olvidar esos recuerdos?”, comparte el cantante.
Desde los siete años empezó sus estudios en un internado para niños con discapacidad visual y el cantante recuerda aquella época como “dura y triste” y la cataloga como el “peor momento de mi vida”. Por su lado, su hermano cuenta que “solamente venía a casa de vacaciones y durante el año lectivo, íbamos a visitarlo una vez al mes”.
Pero la pérdida de su vista llegó a los 12 años tras un incidente en el internado, narra y desmiente las diferentes teorías que han surgido de su discapacidad: “En el internado, solíamos jugar al fútbol y un día me tocó ir al arco. No sé por qué, porque yo no lo había atajado nunca. Y, claramente, esa fue la primera y única vez en que me tocó ser arquero en toda mi vida. La pelota me golpeó en la cara y, a raíz del golpe, tuve una hemorragia… El resto es historia”.
Ya el mismo artista había mencionado en entrevistas anteriores que su madre fue vital para que él no sintiera compasión de sí mismo y, en lugar de ello, mantuviera una actitud positiva y fuerte. Lo enseñó a ser valiente. “Mi madre tenía miedo de que yo no pudiese valerme por mí mismo. Y es por eso que trabajó muy duro para darme tranquilidad y estabilidad”.
Andrea Bocelli desnuda su alma en aquella íntima producción y narra la primera vez que sufrió de pánico escénico, y aunque sus inicios fueron un poco duros y le tocó trabajar en sus nervios, poco a poco, los superó y adquirió la confianza con la que se sube a cantar en diversos escenarios por todo el mundo. “Sufrí pánico escénico durante muchos años. Un miedo que no se puede expresar con palabras. Una ansiedad incontrolable. Unas palpitaciones terribles que no me abandonaban, ni siquiera en el escenario. Me duraban todo el concierto, hasta el último tema. Esto sucedía porque mi técnica no era perfecta”.
Aunque su voz siempre ha sido deslumbrante e hipnotizante, Bocelli asegura que al cantar y compartir escenario con el célebre Luciano Pavarotti, se percató de que le faltaba técnica y eso generó inseguridad en él, pero decidió cambiar esa sensación y buscó las herramientas para fortalecer su voz y consolidarse como un maestro en la industria: “cuando ensayé por primera vez con este gran artista, me di cuenta de que no le costaba nada. Fue entonces cuando me di cuenta de que él tenía una técnica perfecta y yo no”.
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