BARRANQUILLA_ La Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI), seccional Norte, lanzó una alerta sobre la crítica situación financiera que atraviesan más de 25 proyectos de infraestructura en la región Caribe, los cuales se encuentran en riesgo de paralización por la falta de pagos del Instituto Nacional de Vías (Invías).
De acuerdo con la CCI, Invías adeuda cerca de un billón de pesos a contratistas, interventores y consultores de todo el país, lo que ha generado una profunda preocupación en el sector, especialmente en la región Caribe, donde los retrasos ya están impactando obras claves para la conectividad y el desarrollo económico.
Entre los proyectos más afectados se encuentran la conexión del puente Pumarejo con Ciénaga, la doble calzada Cartagena–Barranquilla, el corredor Santa Lucía–Moñitos (Córdoba), así como vías estratégicas en la Alta Guajira, Magangué y la Transversal Momposina, entre otros.
“Estamos ante una situación insostenible. Las empresas no pueden continuar ejecutando obras sin los pagos correspondientes, y muchas de ellas, especialmente las pequeñas y medianas, están al borde de la quiebra”, advirtió Héctor Carbonell, director ejecutivo de la CCI Norte.
Según cifras del gremio, el 80,8 % de las empresas contratistas en la región Caribe son microempresas, y el 19 % pequeñas y medianas. Solo en Atlántico y Bolívar hay más de 1.500 compañías dedicadas a la construcción y proveeduría, lo que hace aún más delicada la situación.
La CCI propuso un plan de choque para mitigar la crisis, que incluye la utilización de excedentes de peajes administrados por Fiduprevisora, el uso de recursos adicionales disponibles en Invías y la activación de mecanismos legales para destinar fondos prioritarios al pago de deudas acumuladas.
El gremio hizo un llamado urgente al Gobierno nacional para que se autorice el Plan Anual de Caja (PAC) que permita liberar los recursos necesarios y así evitar que se paralicen las obras, con las consecuencias económicas y sociales que ello implicaría.
“Si no se actúa pronto, no solo se verán afectadas las vías y la conectividad de la región, sino también la estabilidad de cientos de empresas que hoy están soportando el peso de esta deuda”, concluyó Carbonell.