Con ocasión del Día Internacional del Manatí (el 7 de septiembre), la Corporación Autónoma Regional del Magdalena Corpamag, reitera su compromiso con la protección y conservación de esta especie, vital para el equilibrio ambiental.
En alianza con el Centro de Vida Marino (Acuario del Rodadero) y la Fundación CIM Caribe, el ente ambiental lidera importantes esfuerzos a través del Centro de Rescate de Fauna Marina, en la recuperación y rehabilitación de manatíes en situación de vulnerabilidad.
Este centro no sólo se dedica al rescate de ejemplares afectados, tambié trabaja en el monitoreo y liberación de estos animales en su hábitat natural, asegurando así su supervivencia a largo plazo.
En los últimos tres años se han rescatado cinco manatíes que actualmente están en proceso de rehabilitación.
Bautizados como ‘Maka’, ‘Sobrado de Tiburón’ (también conocido como ‘Ciruelito’), ‘Tasajerito’, ‘Miguelito’ y Barbarita, han recibido cuidados especializados para asegurar su recuperación y eventual reintegración a su hábitat natural.
Es importante destacar que estos mamíferos marinos son importantes para la conexión entre los ecosistemas de ríos y lagunas costeras, como la Ciénaga Grande de Santa Marta, dónde desempeñan un papel esencial en el mantenimiento del flujo hídrico entre cuerpos de agua dulce y salada.
LOS MANATÍES RESCATADOS
Cada uno de los manatíes que están en el Centro de Rescate de Fauna Marina tienen una historia.
‘Tasajerito’ llegó en el 2021, siendo el primero en hacerlo al Centro de Rescate.
Apenas tenía 3 días de nacido; su estado de salud era delicado.
Gracias al compromiso del equipo veterinario y biólogos del Centro, junto con el apoyo de especialistas de otras instituciones, ha superado las adversidades.
El 1 de septiembre cumplió tres años y en ese lapso se ha convertido en un símbolo de esperanza y reconciliación entre los pobladores de Tasajera y los manatíes, quienes han aprendido a valorar la importancia de esta especie.
Después de ‘Tasajerito’ llegó ‘Miguelito’, procedente de San Miguel, cerca de El Banco, Magdalena. Poco después llegó ‘Sobrado de Tiburón’ o ‘Ciruelito’, el cual fue visto, junto a su madre, en las afueras del Centro de Vida Marina y luego reportado solo en el Parque Tayrona, donde fue entregado al centro por pescadores locales.
‘Barbarita’, lleva su nombre por haber sido localizado en el municipio de Santa Bárbara de Pinto, Magdalena, mientras que ‘Maka’ fue hallada en la playa Genemaka, ubicada en jurisdicción Parque Tayrona.
Este es el ejemplar más adulto en rehabilitación. «Es una hembra que ha demostrado una notable independencia, enseñando al resto de los ejemplares valiosas lecciones de autosuficiencia», dicen sus cuidadores.
LOS NEONATOS
De los cinco manatíes bajo cuidado en el Centro de Rescate de Fauna Marina, tres son neonatos huérfanos y dos adultos.
Dicen los expertos que «su rehabilitación es particularmente demandante, ya que requieren monitoreo constante las 24 horas del día, alimentación cada dos horas, y evaluaciones regulares de su comportamiento, condición corporal, frecuencia cardíaca y respiratoria». «Durante el primer año de vida, se les alimenta con fórmula láctea, seguida por un proceso de destete que incluye la introducción de alimentación sólida, como verduras, plantas acuáticas propias de la Ciénaga y vegetación marina, especialmente pastos», precisan.
Además, para asegurar su adaptación, se llevan a cabo procesos de enriquecimiento alimentario y ambiental.
Se les ofrece alimentación desde el fondo de las piscinas, simulando los pastos marinos que encontrarían en su hábitat natural, y también se les nutre en la superficie, utilizando cuerdas extendidas en la columna de agua para imitar las plantas macrófitas acuáticas propias de la Ciénaga.
LA LIBERACIÓN
La liberación de un manatí es un momento significativo en el proceso de rehabilitación, pero antes de que este pueda regresar a su hábitat natural, debe cumplir con estrictos criterios médicos, veterinarios y de adaptación al entorno.
Uno de los requisitos fundamentales es que el manatí haya alcanzado una talla y un peso adecuados. Para ser liberado, el animal debe medir al menos 2 metros de longitud y pesar más de 175 kg. Estas características físicas son esenciales para asegurar que el manatí tenga la fuerza y la resistencia necesarias para sobrevivir en la naturaleza.
Además de su tamaño, es crucial que el manatí haya aprendido a reconocer y consumir las plantas y la vegetación que encontrará en su hábitat natural, ya sea un entorno marino, una ciénaga o un río. Durante su tiempo en rehabilitación, se les entrena para identificar y alimentarse de las especies vegetales propias de su ecosistema, lo que es vital para su supervivencia post-liberación.
Este cuidadoso proceso de evaluación y preparación asegura que los manatíes liberados tengan las mejores oportunidades de prosperar en su entorno natural, contribuyendo al equilibrio y la salud de los ecosistemas acuáticos.
La rehabilitación de estos cinco manatíes en el Centro de Rescate de Fauna Marina no solo es un testimonio del compromiso de Corpamag y sus aliados en la conservación de la fauna marina, sino también un reflejo del poder de la educación ambiental y la reconciliación comunitaria. Esfuerzos vitales para garantizar la supervivencia de los manatíes y, con ellos, la salud y la conectividad de los ecosistemas acuáticos del Caribe», puntualizan.