SANTA MARTA_ En un partido no apto para cardíacos, en donde los hinchas bananeros quedaron sin uñas y el botiquín en los hogares samarios seguramente se acabo el losartan (medicamento para hiopertensos), el Unión Magdalena derrotó (con 10 jugadores), 3 – 1 al Aguilas Doradas, de Rionegro.
Fue una victoria en la que la garra, el pundonor y el amor propio, afloró en cada uno de los jugadores locales y en el que el apoyo de la hinchada fue fundamental, dándole ánimo a los ‘gladiadores’ que luchaban como ‘gato boca abajo’ ante el acoso del visitante.
El Unión Magdalena se puso en ventaja al minuto 18 del primer tiempo con gol de Wilder Guisao, tras rematar fuerte y a ras de grama, al arco de José Contreras, quien pese a cachetear el balón, este siguió su ruta a la red.
Minutos antes el juez central con apoyo del VAR anuló un gol de Ricardo Márquez.
El empate del visitante llegó a los 28 minutos, de tiro penal, en los botines de Marco Pérez, ante falta cometida por Brayan Correa.
El juego fue de ida y vuelta hasta el minuto 37 cuando el centrocampista bananero Yamil Romero vio la tarjeta roja.
Desde ese momento hasta el final de la etapa inicial Aguilas Doradas, fue el dueño del partido.
SEGUNDO TIEMPO
Solo se jugaba el primer minuto del segundo tiempo cuando en un espabilar del equipo antioqueño, Wilder Guisao anotó el segundo gol y la ventaja de su equipo.
Las Aguilas Doradas se volcaron a predios del Unión, sobresaliendo el cancerbero Ramiro Sánchez quien evitó goles casi que cantados.
En el Unión defendían 9 jugadores y solo Ricardo Márquez quedaba como atacante, librando una desigual batalla con sus rivales.
El objetivo del local era evacuar el balón de su área y esperar con orden al rival.
Cuando se jugaba el minuto 94, lo inesperado ocurre. El argentino Baier (quien ingresó por Joel Contreras) roba un balón, cediéndoselo a Isaac Camargo quien vence con disparo de pierna derecha al portero visitante. Este último habóa reemplazado a Márquez.
«¡Se acabó la paridera!», se escuchó decir en el estadio.
El final, el partido se vio empañado por una gresca entre algunos jugadores de Aguilas y suplentes del Unión.
El árbitro pitó el final del juego y los samarios celebraron un triunfo con garra y pertenecia.