BERLÍN_ El Sol no necesita introducción alguna. Es parte de todos nosotros, desde siempre. No es de extrañarse entonces que a muchos no nos guste tener que lidiar con la cruda realidad de que nuestra estrella algún día morirá, y con ella todo lo existe en este planeta. Pero no se preocupe: es poco probable que estemos cerca para verlo.
Ahora, gracias a los últimos datos de la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) para la cartografía estelar, un nuevo estudio ha demostrado que la venerable estrella se encuentra ahora en su edad media y que morirá dentro de unos pocos miles de millones de años –entre 5.000 y 7.000 millones de años–, lo que es, para nuestra percepción humana, mucho tiempo.
Así, en la actualidad, se considera que nuestro Sol está en la flor de su vida, en su cómoda edad media, con 4.570 millones de años, fusionando productivamente hidrógeno en helio y brillando saludablemente.
La conocida historia del Sol
Hasta ahora, ya sabíamos con cierto detalle lo que ocurrirá en el futuro de nuestro Sol. Nuestra estrella seguirá calentándose durante los próximos miles de millones de años y acabará quedándose sin hidrógeno que fusionar en su núcleo, en otras palabras, sin el jugo que lo mantiene en funcionamiento.
Desde ese punto, el núcleo empezará a contraerse y la estrella, que una vez iluminó todo lo que conocemos y amamos de nuestro mundo, se enfriará, se oscurecerá y se convertirá en un cadáver estelar, o enana blanca.
Mucho más allá de un poco de clarividencia astrofísica
Ahora, gracias a la última publicación de los datos del proyecto Gaia de cartografía de la Vía Láctea de la ESA, que identificó con precisión cientos de millones estrellas, muchas de ellas de masa y composición similares, tenemos la línea de tiempo futura más detallada de la vida del Sol.