BOGOTÁ_ Las proyecciones sobre el aumento del salario mínimo en Colombia para 2025 han comenzado a tomar forma. Tanto el Ministerio de Hacienda como diversos analistas económicos han planteado que el incremento estará en torno a un dígito, luego de tres años consecutivos con aumentos de doble dígito. Según el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, el ajuste salarial dependerá principalmente del comportamiento de la inflación y de la productividad, conforme lo establece la Ley 278 de 1996.
“La ley dice que el salario mínimo en principio se debe ajustar contra la inflación causada, más un índice de productividad. Por lo tanto, se estima siempre que el salario suba algo más que la inflación”, explicó Bonilla durante un congreso de estudiantes de economía.
El panorama es favorable, pues la inflación ha mostrado una reducción en 2024, situándose en 5,8% en septiembre. Este descenso es uno de los principales factores que podrían llevar a que el salario mínimo para 2025 aumente entre un 6% y un 7%, lo que representaría una cifra de entre $1.378.000 y $1.391.000, según cálculos preliminares. “Con una inflación a la baja, el salario mínimo no debería superar el 7% de aumento”, señaló el economista Sergio Olarte, quien ve factible que el incremento oscila entre esas cifras.
En ese sentido, José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda, advirtió que el aumento salarial debe mantenerse en línea con la inflación proyectada para este año, la cual cerraría en 5,5%, a lo que se sumaría un punto adicional por productividad. “Realizar un alza más allá de este estimado traería riesgos económicos, ya que podría disparar nuevamente la inflación, que apenas está comenzando a controlarse”, afirmó Restrepo.
Por su parte, César Pabón, director ejecutivo de Investigaciones Económicas de Corficolombiana, destacó la importancia de que el ajuste salarial cubra al menos el nivel de inflación. “Desviarse de estas variables podría aumentar la indexación, lo que generaría presiones inflacionarias adicionales”, advirtió Pabón.
A medida que se acercan las discusiones formales sobre el salario mínimo en la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, los expertos coinciden en que el incremento debe estar en línea con la inflación y la productividad para evitar consecuencias adversas sobre el poder adquisitivo y la estabilidad económica.
El ministro de Hacienda también reiteró su llamado al Banco de la República para que acelerara la reducción de las tasas de interés, argumentando que la disminución de la inflación no ha sido acompañada por un ajuste igual de significativo en las tasas. Según Bonilla, aunque la inflación ha caído 722 puntos, la tasa de intervención solo ha bajado 300 puntos, lo que mantiene un nivel de tasa real contractiva que dificulta la reactivación económica.
Por su parte, investigadores económicos de Bancolombia pronostican que la inflación cerrará 2024 en 5,7%, mientras que para 2025 estiman un cierre de 4,3%. Esta disminución permitiría que el Banco de la República siga recortando la tasa de interés, que se proyecta en un 6% para finales de 2025.
El contexto, según los expertos, plantea un escenario en el que los costos del financiamiento seguirán cayendo, lo que podría aliviar la presión sobre los consumidores y las empresas, facilitando un entorno más favorable para la toma de decisiones de gasto e inversión en el país.
“Así pues, prevemos que en lo que queda de 2024 se materialicen recortes por 150 puntos básicos, para un cierre de año en 8,75%. Entre tanto, en 2025 el tipo de interés se reduciría en otros 275 puntos básicos, para llegar a 6,00% al final de diciembre. Se trata, entonces, de un contexto de corto plazo en el que los costos del financiamiento seguirán cayendo y las condiciones se irán tornando menos restrictivas para la toma de decisiones de gasto”, concluyeron los expertos.