BOGOTÁ_ En Colombia 508.000 niños y niñas se mantienen en situación de trabajo infantil. Así lo asegura un informe del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario LaboUR y la Alianza EFI, resultados que se presentaron con ocasión de la conmemoración este 12 de junio del Día mundial contra las peores formas de trabajo infantil.
A nivel global 160 millones de niños y niñas se encuentran en situación de trabajo infantil, es decir, que uno de cada diez niños en el mundo está en situación de trabajo infantil, y 79 millones de niños y niñas desarrollan actividades peligrosas, revela el análisis “Eliminación de las peores formas de trabajo infantil condicionante de la recuperación centrada en las personas”, elaborado por Claudia Marcela Rozo, María Constanza Trillos, Andrés García-Suaza e Iván Daniel Jaramillo Jassir.
Según el estudio del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario LaboUR y la Alianza EFI, “la reducción progresiva de las tasas de trabajo infantil ha venido siendo ralentizada/invertida como consecuencia de la crisis sanitaria y económica de la COVID-19, que ha revelado la demanda de acento en las acciones para la eliminación de las peores formas de trabajo infantil para el año 2025 en el marco de Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
Trabajo versus tiempo de formación y desarrollo infantil
Para Claudia Marcela Rozo, profesora del pregrado en Terapia Ocupacional de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, “el ejercicio de un trabajo compite con el tiempo de formación y desarrollo de los niños y niñas, lo cual repercutirá en toda la trayectoria de vida. Por tanto, los costos sociales son de múltiple naturaleza, afectando incluso a las generaciones futuras”.
“Con el trabajo infantil se han planteado situaciones de salud como la presencia de baja estatura, lo que sin duda depende de factores como la intensidad del esfuerzo físico, la edad en la que se entra al mercado laboral y del ambiente del trabajo, esto unido a una mala alimentación y largas jornadas se puede afectar el desarrollo cognitivo”, afirmó María Constanza Trillos, profesora de la Escuela de Medicina de la Universidad del Rosario.
Trabajo infantil es más alto en zonas rurales
Según el análisis, “el trabajo infantil se origina como parte de la necesidad de generación de ingresos. En su informe más reciente, el DANE evidencia que un 40,1% de los niños y niñas que trabajan lo hacen como parte de una actividad familiar, lo cual es consiste con el hecho de que un 46,3% se desempeña como un trabajador sin remuneración. Esto implica que la incidencia del trabajo infantil se debe en buena medida a las condiciones de precariedad del empleo de los demás miembros del hogar, lo que puede también relacionarse con altas tasas de desempleo e informalidad”.
“En Colombia si bien la tasa de trabajo infantil se ha reducido en las últimas dos décadas, aún presenta rasgos marcados entre grupos de población. En zonas rurales este índice es de 11%, explicado por una mayor incidencia de las actividades agrícolas en las cuales los niños y niñas, y en general toda la unidad familiar, constituyen la fuerza de trabajo para la generación de ingresos en esta actividad. De hecho, casi la mitad del trabajo infantil (45,6%) se desempeña en esta actividad”, indicó Andrés García Suaza, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario y la Alianza EFI.
“La protección social como respuesta a los períodos de crisis resulta determinante para contener la pobreza y la vulnerabilidad de los hogares que presiona el aumento de las tasas de las peores formas de trabajo infantil”, afirmó Iván Daniel Jaramillo Jassir, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario.
El informe indica que el niño trabajador por sus características y cualidades físicas, puede ser más vulnerable a sufrir accidentes de trabajo y tener enfermedades laborales con consecuencias durante la adultez.