SANTA MARTA_ Poco después de recibir sus títulos de licenciadas en Literatura y Lengua Castellana, otorgado por la Universidad del Magdalena, las hermanas Ena y Daniela Manjarrés Molinares, se quitaron la toga y el birrete – símbolo del logro educativo – y vistieron con ese atuendo a sus padres Wilfrido y Marta. Acto seguido pusieron en sus manos los diplomas y les expresaron su gratitud por haberles enseñado que los sueños se alcanzan con trabajo y humildad.
«Cada paso que hemos dado tienen la fuerza de sus valores», les manifestaron emocionadas.
Las jóvenes Manjarrés sabían que su compromiso era honrarlos dedicándoles el título, por eso decidieron aguardar el momento íntimo del hogar para darles las gracias. Wilfrido y Marta no ocultaron la emoción y por sus mejillas corrieron hilos de lágrimas.
Él, un pescador que ha trabajado duro para sacar adelante a su familia; ella, una ama de casa que ha dedicado su vida a cuidar a sus hijos, se emocionaron ante el reconocimiento, y manifestaron que el esfuerzo y el sacrificio de Ena y Daniela, los llena de orgullo.
«El gesto que han tenido con nosotros es un recordatorio de que todo nuestro trabajo y dedicación hacia ellas, ha valido la pena», dijeron los papás.
La historia de Ena y Daniela es un ejemplo de cómo la educación y el apoyo familiar pueden transformar vidas, pero al mismo tiempo es un testimonio del poder que tiene el amor y la dedicación de los padres hacia sus hijos.







