BARRANCAS_ Con expresiones jubilosas y abrazos, los familiares y amigos del futbolista Luis Díaz recibieron la liberación de su padre este jueves, luego de doce días de secuestro a manos de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
En la residencia de Jacob Díaz, padre del recién liberado y abuelo paterno del futbolista, ubicada en el barrio Lleras de Barrancas, en el departamento de La Guajira, un grupo de parientes se congregó esta mañana en anticipación a las noticias, mientras otros familiares viajaron a Valledupar, la capital del vecino departamento del Cesar, para reunirse con él lo antes posible.
En Valledupar, aterrizó el helicóptero que transportaba la comisión humanitaria de la Misión de la ONU en Colombia y representantes de la iglesia católica, quienes trajeron de vuelta a la libertad a don Luis Manuel Díaz, conocido como «Mane», entregándolo en las estribaciones de la Serranía del Perijá.
Sentado en una mecedora, el señor Jacob y sus acompañantes observaron en la sala de su casa la aproximación y el aterrizaje del helicóptero en Valledupar. Con lágrimas en los ojos, algunos de los presentes, vestidos con camisetas con la foto de «Mane» Díaz, expresaron incredulidad ante la liberación. Sin embargo, al verlo descender del helicóptero, aparentemente en buen estado de salud, vestido con una chaqueta café y una gorra deportiva, la emoción contenida se transformó en abrazos y gritos de felicidad.
El padre de Luis Díaz compartió su alegría con los periodistas, señalando: «Estoy muy feliz por el regreso de Mane, lo importante es que ya está de regreso». Incluso algunos periodistas, que durante una semana habían estado haciendo vigilia frente a la casa de «Mane» Díaz, no pudieron contener las lágrimas de emoción al recibir la noticia.
Tranquilo, Jacobo comentó que aún no había tenido la oportunidad de hablar con su hijo y que la bienvenida sería «todo natural, todo bien». Después de desembarcar en Valledupar y reunirse con su esposa en una sede de la Misión de la ONU en esa ciudad, el recién liberado emprendió el viaje por carretera hacia Barrancas, su pueblo natal.
En Barrancas, donde Luis Díaz y su familia son apreciados no solo por el prestigio del futbolista sino también por las escuelas de fútbol que apoya, y donde su padre trabaja con niños y jóvenes, los paisanos lo esperan esta tarde para darle la bienvenida con una caravana de vehículos.