Por José Manuel Rodríguez Pimienta
Olvido . Así es , solo olvido se observa de esos trágicos sucesos ocurridos los días 8 y 9 de junio de 1954 en el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla . De pronto exista en el pensamiento de los familiares de estos eternos héroes los recuerdos de quienes ofrendaron su vida por ideales libertarios , o en las mentes de aquellos que sintieron el peso del dolor causado por la execrable tragedia . De todas formas ya son pocas las personas que se mantienen aferradas a las remembranzas de unos momentos que sacudieron los sentimientos sociales y quedaron para siempre petrificados en la historia . El arcano tiempo se convirtió en facilitador para que lentamente se bajara la intensidad emocional de un acontecimiento que por largo rato permaneció vivo en la conciencia de la comunidad estudiantil y el interés social . Gloria al Liceo Celedón que supo perpetuar la memoria de esos aguerridos jóvenes en un majestuoso monumento y anualmente conmemorar el sacrificio de los estudiantes inmolados .
En el pasado quedaron las exhaustivas investigaciones invocadas por el gobierno y la rama jurisprudencial ; atrás quedaron también los voluminosos expedientes que llenaron los espaciosos anaqueles de las dependencias judiciales que se encargaron de adelantar los procesos . La impunidad desde sus inicios hizo presencia en las investigaciones y quienes dieron órdenes de matar fueron protegidos con la inmunidad que daban los soles y las estrellas del militarismo . En suma , nunca salió a la superficie la verdad de los hechos y todos los que participaron en el nefasto capítulo quedaron cobijados por medio de convenios y maneras de propiciar los tiempos de vencimientos de términos . Fue una histórica masacre que engendró una histórica gran impunidad .
La investigación de los sucesos del 8 y 9 de junio quedó en manos del magistrado Carlos Arango Vélez , de filiación liberal y considerado uno de los juristas más idóneo y pulcro de la República . Antes había tomado parte en el proceso averiguatorio el ministro costeño Evaristo Sourdis de filiación conservadora quien como representante del gobierno militar se comprometió al esclarecimiento del doloroso hecho . Las intervenciones de estos dos reconocidos personajes de la vida nacional , solo sirvieron para bajarle intensidad a una conflictiva etapa con violentos signos de rebeldía y rápido pedido de esclarecimiento de los luctuoso episodios . Nulos fueron los resultados investigativos como desastroso el desenvolvimiento de un momento que quedó opacado por la caída de la dictadura , la llegada de una Junta Militar de Gobierno y el posterior sistema acordado del Frente Nacional . Con estos acontecimientos las investigaciones dejaron de ser objetivos prioritarios.
Poco a poco se fueron perdiendo las emociones de un episodio que recoge la muerte de muchos estudiantes que quedaron tendidos en el pavimento de la carrera 7 con la Avenida Jiménez de Bogotá acribillados por las balas salidas de las carabinas punto 30 activadas por soldados del Ejército Nacional el 9 de junio de 1954 . Eran estudiantes que reclamaban justicia por la muerte el día anterior del líder estudiantil Uriel Gutiérrez , alumno de medicina de la Universidad Nacional . Fue asesinado cerca de los predios universitarios después de haber participado en una jornada de protesta . Su deceso fue el 8 de junio de 1954 .
Todo este enfrentamiento de la fuerza pública con el estudiantado tuvo como origen la conmemoración del primer mártir estudiantil Gonzalo Bravo Pérez ocurrida el 8 de junio de 1929 en la administración del doctor Miguel Abadía Mendez . El estudiante Bravo fue alcanzado por una bala que salió del fusil de un uniformado que impedía la movilización hecha contra la corrupta administración de Bogotá . A raíz de este incidente , 25 años después los estudiantes universitarios concibieron la ocasión propicia para conmemorar esa fecha . Las condiciones se daban por las antidemocráticas determinaciones asumidas por el general Rojas en el gobierno . Eran momentos de arengas y discursos contra un régimen que había perdido el norte del respeto por las libertades públicas . De esta manera se inició uno de los hechos más transcendentales de la historia de Colombia : la Masacre Estudiantil de los días 8 y 9 de junio de 1954 que hoy cumple 169 años de haber mostrado a la Nación su terrorífico rostro.