BERLÍN_ Desde el comienzo de la pandemia de coronavirus, la población está preocupada por la transmisión de los virus de animales a humanos. Y, en verdad, los casos de virus zoonóticos aumentan. A principios de agosto de 2022, investigadores del Instituto de Microbiología y Epidemiología de Pekín publicaron un estudio en el New England Journal of Medicine sobre un nuevo henipavirus, detectado en 35 pacientes entre 2018 y 2021.
Los investigadores opinan que la enfermedad, a la que llamaron «heniparivirus Langya», probablemente se transmitió a los humanos a través de la musaraña, un mamífero parecido al ratón. Los pacientes padecieron fiebre, fatiga y tos, así como anorexia, mialgia y náuseas.
Los investigadores afirmaron que no observaron signos de transmisión de persona a persona. Solo las que tienen contacto frecuente y directo con musarañas pueden correr el riesgo de contagiarse. Casi todos los pacientes infectados eran agricultores de las provincias chinas de Shandong y Henan.
«La amenaza no es grave, siempre y cuando no se esté en contacto con la especie huésped o con un animal intermedio que esté en contacto con ellos (animales con el henipavirus)», dijo a DW James Wood, jefe del departamento de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cambridge.
«Sin embargo, el virus está estrechamente relacionado con otros que tienen una alta tasa de mortalidad en humanos, por lo que la preocupación y la preucación están justificadas», dijo Wood.
Las enfermedades zoonóticas son comunes
Las enfermedades zoonóticas son muy comunes: los científicos estiman que más del 60 por ciento de las enfermedades infecciosas conocidas en personas, pueden transmitirse a partir de otros animales, quienes causan el 75 por ciento de las enfermedades infecciosas nuevas o emergentes en los humanos.
La mayoría de los brotes a gran escala mundial, como el coronavirus, el ébola, el MERS y el virus Zika, han sido provocados por la propagación de virus zoonóticos.
Si se observara una transmisión de persona a persona con henipavirus, sería «muy preocupante», dijo Jimmy Whitworth, experto internacional en salud pública de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
Es necesario investigar más
Nikolaos Vasilakis, experto en enfermedades infecciosas emergentes de la Universidad de Texas, dijo que la cero transmisión de persona a persona y la naturaleza esporádica de los casos supone que haya poca amenaza para la población.
Sin embargo, Vasilakis dijo que el conjunto de datos era muy pequeño y que se necesita más investigación y vigilancia: «Si la proporción de la muestra aumenta, quizás los resultados no sean representativos. No lo sabemos. Es muy difícil evaluar un número limitado de muestras sin conocer el verdadero alcance del impacto y la presencia en la población humana”.
Los virus se adaptan al infectar nuevas especies
Cuando los virus infectan a diferentes especies, se adaptan a ellas. Aunque la investigación evidenció que el «henipavirus Langya” se hallaba sobre todo en musarañas, también se encontró en algunos perros y cabras.
Roth dijo que la preocupación ahora es saber si la infección de otras especies podría permitir que el virus se adaptara a los humanos. Es decir, que el virus cambie su proteína de acoplamiento y pueda adherirse a una célula del cuerpo humano para infectarla.
«Es algo que los científicos tendrán que vigilar. No es seguro que lo haga, pero es una posibilidad», dijo James Roth, director del Centro de Seguridad Alimentaria y Salud Pública de la Universidad Estatal de Iowa.
«Cada vez que cualquiera de estos virus emergentes se detecta en la población humana, es motivo de preocupación», dijo Vasilakis. «No todos alcanzarán proporciones pandémicas. Pero la detección inicial siempre debe tomarse con la debida precaución y nivel de alerta», añadió.
*Informe de Deutsche Welle