SANTA MARTA_ Por esta época del año es normal observar a un importante número de padres y madres de familia recorriendo los pasillos de papelerías y almacenes de cadena con lista en mano, buscando los textos y útiles escolares para inicio de clases de sus hijos.
Este particular ejercicio de compras, este año se realiza con más expectativa, debido al regreso a las clases presenciales en los colegios públicos y privados de la ciudad.
Pero entre los papás y mamás que cumplen con este deber para la formación educativa de sus hijos, se ha dado una preocupación de manera generalizada, por el alto valor de los elementos que los colegios solicitan para el desarrollo de las actividades académicas del año.
Las primeras quejas están relacionadas con los textos, cuya adquisición puede estar en un promedio de $500.000, destacándose el valor de las plataformas virtuales que incluyen libros físicos de diferentes áreas como matemáticas, castellano, ciencias naturales, ciencias sociales e inglés, las cuales son pedidas por algunos colegios privados, en alianza con editoriales como Santillana y Norma. Los valores de dichas plataformas, varían de acuerdo al grado, la institución y a la editorial, pero oscilan en precios promedios entre $400.000 y $.600.000, de acuerdo a lo consultado con algunos padres.
A la lista de libros, hay que sumarles los útiles como cuadernos, colores, temperas, lápices, borradores, sacapuntas, plastilina, y elementos adicionales como cinta de enmascarar, silicona líquida, resmas de papel, tijeras, delantal, bata, juegos didácticos, entre otros materiales que se utilizan, principalmente en ciclos como preescolar y primaria.
Los precios de estos elementos son diferentes dependiendo el lugar donde se compren, de allí que muchos acudientes visitan no solo los almacenes de cadena y papelerías más conocidas, sino también las cacharrerías y almacenes ubicadas en el sector del mercado público, buscando economía y aprovechando descuentos que permitan disminuir la inversión.
Haciendo un ejercicio comparativo, podemos darnos cuentos que un cuaderno de 50 hojas puede encontrarse desde $2.500 hasta $10.500 o más, dependiendo del sitio, de la marca, el tamaño, del material y curiosamente, el precio sube no solo cuando es de marca conocida, sino cuando tienen en su portada imágenes de súper héroes o los dibujos animados de moda.
“Compré un cuaderno de 50 hojas de una marca no conocida y me costó $2.500, en la misma papelería, busqué el mismo cuaderno de 50 hojas, pero marca Scribe, con portada de Spiderman y me costaba $6.500, es decir, S4.000 más solo por tener a un súper héroe que les gusta a los niños”, explicó Javier González, uno de los padres consultados.
Así mismo, aseguran que además de los libros y útiles hay que pensar en uniformes y zapatos, teniendo en cuenta que hay niños que llevaban dos años sin asistir a clases presenciales o en el caso de los menores que cambian de institución y que en este sentido, la mayoría de los colegios tienen convenios con lugares específicos donde venden los uniformes o en su defecto la tela, lo que hace que el valor sea mayor.
Finalmente, otro factor adicional que incrementa el costo de las compras escolares, es la solicitud de las instituciones de que los niños lleven elementos de bioseguridad para protección contra el Covid-19, listado que incluye cajas de tapabocas, jabón líquido, gel antibacterial, alcohol, pañitos húmedos, entre otros implementos.
Al respecto, María José Sepúlveda aseguró “Sabemos que es necesario el tema de la bioseguridad, pero esta cantidad de elementos hace que la lista sea más costosa, y los colegios no deberían pedir tantas cosas con lo que se paga en la matricula. Sumando el valor de la plataforma, los textos adicionales, los útiles, materiales de bioseguridad y los uniformes, el gasto más o menos es entre $900.000 y $1.000.000, es un valor muy alto para lo difícil que está la situación económica de las familias”.
Dicen que diciembre es un mes de gastos, pero al parecer, enero se ha convertido en un dolor de cabeza para padres y madres de familia samarios, que deben destinar altas sumas de dinero para cumplir con los requerimientos que en textos y útiles requieren las instituciones.