Especial
Por: Luis Oñate Gámez
Desde los calurosos días de enero, cuando el amarillo intenso de los cañaguates comienza a darle pinceladas de primavera a los caminos y paisajes tropicales de Valledupar, en toda la región se intensifica el sonar de acordeones, cajas y guacharacas. «¡Hay olor a Festival!», dicen en la comarca.
El rugir de notas musicales, de ensayos y el entusiasmo folclórico, se matiza con el aroma y sabor inconfundible del Old Parr, acompañante inseparable del Festival Vallenato y de las parrandas en gran parte del Caribe colombiano.
Este licor, originario del noreste de Escocia, manda la parada en la clase alta, media y baja; se liba en clubes, conciertos y casetas; es también un símbolo de las parrandas, dondequiera que las hagan, en las casas, en el campo y hasta en los pretiles de las calles. Sin equívocos, es el whisky de todos.
HOMENAJE MUSICAL
Así como el Ron de Vinola tuvo su canción que lo inmortalizó, el Old Parr, hace parte del cancionero vallenato. Y es que ha servido como pedestal de compositores que lo plasman en sus obras musicales, concatenándolo con un momento de amor, de indiferencia, aversión y olvido.
Iván Villazón, el homenajeado en el 57 Festivallenato, ha sido quien más lo ha popularizado musicalmente.
En la canción ‘Yo tenía un amigo’, grabada con Raúl ‘El Chiche’ Martínez en 1987, su compositor, Rafael Manjarrés, recuerda con nostalgia a un compañero de la universidad, a un hermano de la parranda:
“Y quién no lo va a recordar si usted ejemplo fue/ hombre de talla, nobleza y sinceridad. Cómo se va a olvidar José Molina de usted/parece verlo abriendo una botella de Old Parr…
En el 2008, el mismo Villazón, en compañía de Iván Zuleta, grabaron e hicieron éxito la canción ‘Tu Olvido’, en donde su autor, Wilfran Castillo, manifiesta que ha buscado la compañía del Old Parr para tratar de encontrar ese olvido:
«Cada vez que me río mi risa me miente/ porque dentro del pecho el vacío se siente. Aunque busque consuelo y veas a alguien conmigo/ ni siquiera el Old Parr, ha podido contigo…”.
POR LOS CAMINOS DEL ‘VALLE’
El Old Parr llegó al Valle del Cacique Upar casi que al mismo tiempo y por los mismos caminos que recorrió el acordeón.
Desde su arribo a las costas de La Guajira se quedó entre los nativos, especialmente entre los comerciantes y ganaderos, quienes lo popularizaron en las parrandas vallenatas y de ahí al Festival.
A partir de la década de los 80, por ser el licor de mayor acogida en la región, y como una retribución al ‘Valle’, a su gente y a sus vecinos visitantes, se convirtió en uno de los patrocinadores de los espectáculos que se llevan a cabo en el marco del Festival Vallenato. Este año no será la excepción.
Lo que está claro es que el Old Parr está profundamente arraigado en el paladar del ser Caribe y que, según afirman los sempiternos parranderos, «es el Rey Vitalicio’ del Festival Vallenato».