SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA_ Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Eduardo Correa, entregaron en la Sierra Nevada de Santa Marta, certificados de capacitación a 21 viveristas de la comunidad indígena arhuaca, que se formaron en viverismo, estrategias de restauración ecológica, ecología de especies a establecer, monitoreo y reporte de información.
El ministro Correa dijo que, para el Gobierno Nacional, y en especial para el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, lo importante en materia ecológica es la conservación de los ecosistemas, la protección de los recursos naturales en general y la mitigación de los efectos del cambio climático, entre otros propósitos.
“Todos los pasos que damos los estamos dando junto a las comunidades, respetando sus tradiciones y cultura. Una de las apuestas que más promovemos es la de la educación ambiental, para que entre todos le aportemos a nuestra biodiversidad y al planeta, de ahí la importancia de preparar a las comunidades, como esta de nuestra Sierra Nevada de Santa Marta. Hoy hay veintiún nuevos viveristas que se convierten en gestores con mayor conciencia en favor de la naturaleza”, expresó el ministro.
El ministro agregó que muy pronto se verán los resultados y que ya los viveros se están construyendo. “Ya comenzamos los procesos de restauración. Aquí respetamos la cultura ancestral y la espiritualidad. Así que juntos vamos a poder restaurar y recuperar, trabajar en esa crisis que tenemos hoy de pérdida de biodiversidad y de cambio climático”, dijo.
La iniciativa y sus componentes
Estas capacitaciones hacen parte del proyecto Müse’si, que nació de un convenio firmado por el Minambiente y Conservación Internacional, y que consta de cuatro componentes: conocimiento, desarrollado a través de talleres de socialización y concertación del proyecto con las comunidades; restauración, con la construcción
de 445 viveros familiares y el Vivero Comunitario de Gunmaku; intercambio de capacidades, con la formación a miembros de la comunidad en la construcción y operación de viveros, propagación, siembra y monitoreo del material vegetal, e instrumentos económicos, que se refiere a la cuantificación, análisis y resultados de captura de CO2 por medio de las acciones de la iniciativa.
“Ellos nos abrieron sus corazones”
El proyecto ya logró la construcción del Vivero Comunitario Gunmaku; este, y los otros que se construirán en el marco del convenio, aportarán más de 700.000 plántulas, integrando a la comunidad económicamente y aportando conocimientos ancestrales.
Inger Andersen, directora del PNUMA, manifestó: “Hemos tenido una increíble visita a la comunidad arahuaca. Ellos nos abrieron sus corazones, sus mentes y su hogar, este hermoso bosque, y nos mostraron lo que están haciendo, su restauración ecológica. Están recuperando la naturaleza no solo porque se los piden, sino porque cuando uno protege la naturaleza, la naturaleza nos protege. Ellos no solo la están protegiendo para ellos, para sus fuentes hídricas, sino que lo hacen por todos nosotros. Son una comunidad increíble con un alma y un espíritu muy profundos”.