SANTA MARTA_ Carlos Betancourt, líder social y presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Los Alpes A, ha sido declarado objetivo militar por las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, conocidas como el Clan del Golfo. Esta situación se debe a su lucha contra el microtráfico de estupefacientes y el despojo ilegal de lotes, según él mismo informó tras sobrevivir a un atentado a bala el martes 23 de julio.
El ataque ocurrió mientras Betancourt se desplazaba en una camioneta por la trocha que conduce a la vereda Masinga, en el área rural del corregimiento de Bonda. El vehículo recibió cinco impactos de bala, pero su esquema de seguridad logró ponerlo a salvo y lo condujo hasta la estación de Policía de Bonda, donde solicitó protección.
Betancourt denunció que ha sido víctima de amenazas por parte del Clan del Golfo durante los últimos cinco años. «Primero fueron panfletos en nombre, presuntamente, de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia. Luego llegaron mensajes de texto con fotos de mis hijos saliendo del colegio, llamadas intimidantes y hasta emisarios que me exigían que me fuera de la ciudad», relató.
El líder comunal explicó que sus acciones en contra del microtráfico y la ocupación ilegal de predios en su barrio provocaron malestar en los grupos armados. «Emprendimos diferentes estrategias para hacerle frente a la seguridad, lo que no fue bien visto por el tema del microtráfico en el barrio. Les vendían drogas a menores de 12 años, la comunidad estaba desesperada, especialmente las madres. Empecé a recibir ciertas amenazas por eso y me tocó desistir de esta labor», comentó Betancourt.
Asimismo, Betancourt se opuso a la ocupación ilegal de predios en su barrio, lo que también generó hostilidad por parte de los actores armados ilegales. «Me tratan de sapo, de guerrillero, que yo soy un torcido, dicen que yo tengo contacto con la guerrilla y policía; me dicen que me pierda, que me van a matar, que deje de estar jodiendo y desista de mi función como líder», aseguró.
Tras el atentado, Betancourt expresó su temor por su seguridad y la de su familia, por lo que ha solicitado protección de las autoridades. Este incidente pone en evidencia los riesgos que enfrentan los líderes sociales en Colombia y la necesidad urgente de garantizar su seguridad y la de sus comunidades.