SANTA MARTA_ La inveterada y arraigada tradición de muchos habitantes del Magdalena de consumir carne de monte en esta temporada de fin de año, enciende las alertas de las autoridades ambientales, puesto que esta conducta va ligada a otra no menos despreciable: el tráfico de especies silvestres.
La afectación a las poblaciones de animales y a los ecosistemas, es la gran preocupación.
Es recurrente observar en restaurantes ubicados en plazas de mercados y en las zonas rurales, cómo se ofrecen al público platos como hicoteas, tortugas marinas, iguanas, chigüiros, ñeques, armadillos y zainos, entre otras especies,
Por lo anterior, la Corporación Autónoma Regional del Magdalena, Corpamag, con el apoyo de la Policía Nacional, adelanta operativos de control en algunos municipios, con el objetivo de detener el tráfico y el consumo de estos animales.
El ente ambiental del Magdalena advierte, que quien incurra en esta práctica, se expone a procesos sancionatorios acorde a la Ley 1333 de 2009.
«Quien trafique, adquiera, exporte o comercialice sin permiso de la autoridad competente o con incumplimiento de la normatividad existente los especímenes, productos o partes de la fauna acuática, silvestre o especies silvestres exóticas, incurrirá en prisión de 60 a 135 meses y multa de 300 40 mil salarios mínimos legales mensuales vigentes», precisa la norma.
RIESGO A LA SALUD
Además de la advertencia por el daño que esta conducta causa al medio ambiente y la trasgresión que se comete a la ley, Corpamag menciona también el riesgo que genera a la salud, en el entendido de que se pueden adquirir enfermedades zoonóticas.
«El consumo de carne de monte puede ocasionar afectaciones a los seres humanos por enfermedades conocidas como la brucelosis y la salmonelosis, esta última transmitida por reptiles como iguanas, hicoteas y morrocoyos», precisa la entidad.
Señala que algunos restaurantes no realizan el manejo sanitario adecuado para el consumo de las carnes, poniendo en riesgo la salud de las personas.
«Son especies silvestres que acostumbran a estar en espacios naturales conviviendo y teniendo dentro de sus comunidades la presencia de microorganismos y virus», explica Corpamag.
Se debe tener en cuenta que la carne de monte no se vende en los supermercados, ni está aprobada su comercialización.
AYUDA AL ECOSISTEMA
El aprovechamiento de las especies silvestres genera una serie de presiones sobre sus poblaciones, poniendo en riesgo su conservación, sumado al hecho de la pérdida de sus hábitats y la degradación de sus ecosistemas.
Por ello es que la protección de las especies es urgente, puesto que estos animales silvestres, en una u otra forma, son necesarios para el ecosistema.
Por ejemplo, las hicoteas (Trachemys callirostris), conservan el equilibrio en el ecosistema, controlan las poblaciones de ciertos animales como los insectos, y hacen parte de la dieta alimenticia de aves carnívoras, caimanes y algunos mamíferos.
Las iguanas, contribuyen con el equilibrio del ecosistema durante el proceso de germinación y dispersión de semillas y además, sus heces son una fuente importante de micronutrientes que contribuyen a enriquecer los suelos donde habita y hacen parte de la dieta alimenticia de grandes carnívoros.
MALTRATO
El consumo de carne de monte está asociado al maltrato animal, dado que antes de su comercialización, las especies son sometidas a prácticas crueles causándoles sufrimiento.
Por ejemplo, las hicoteas para su consumo fracturan su pecho y luego son arrojadas vivas en agua caliente.
Para cazarlas, los traficantes incendian la vegetación y el fuego y humo ocasionan que los reptiles salgan de sus escondites.
«¡Ayúdanos a detener el tráfico de carne de monte!… es ilegal, es dañino es peligroso», es el mensaje de la Corporación Autónoma Regional del Magdalena, Corpamag,
*Informe publicado por Agustín Iguarán en el periódico El Heraldo