SANTA MARTA_ En ruinas está el emblemático Fuerte San Fernando, de Santa Marta, ubicado frente al mar, adyacente a la Primera División del Ejército. Su abandono y deterioro preocupa a los samarios, quienes consideran que «se necesita recuperarlo».
Los nativos y los turistas que conocen de su existencia sostienen sostiene que hay que abrirlo al turismo y «no tenerlo escondido».
Sin embargo, el hecho de estar a un costado de la unidad castrense limita su acceso, pese a que la playa es pública.
El arquitecto Álvaro Ospino Valiente manifestó que «la razón de su deterioro es que, si no le damos uso, no podemos tener su mantenimiento al día». «Hay que ponerlo al servicio del turismo», recalcó.
Comentó que en el año 1996 lo contrató la Subdirección de Monumentos Nacionales – que dependía del Invias – para que lo restaurara, pero solo se materializó tres años después.
Manifestó que «hay un problema ambiental en ese sitio y es la alta salinidad, agravada con los vientos que actúan como un disco abrasivo, desgastando tanto los ladrillos como la piedra laja con que está construido».
HISTORIA
Señala Ospino Valiente que el Fuerte de San Fernando de Santa Marta fue declarado por Decreto 2673 de noviembre 20 de 1989, Patrimonio de la Nación por iniciativa de Arturo Bermúdez Bermúdez, entonces Presidente de la Academia de Historia del Magdalena
Establecido en el sur de la ciudad, en la playa de Lipe, era fácil para el desembarco del enemigo, como lo hicieron los holandeses e ingleses. Por esta razón en 1725, el gobernador Juan Beltrán de Caicedo, construye una sencilla plataforma en el acantilado del Cerro de la Pedrera, artillada con cuatro cañones, recibiendo el nombre de fuerte de San Fernando en honor al futuro rey Fernando VI.
El gobernador José de Andía construye sobre el río Manzanares un puente de madera para tener una mejor comunicación con la ciudad.
Arévalo en 1743, proyecta una vigía con una corta batería, ejecutada años más tarde.
En 1762, durante la gobernación de Gregorio Rosales Troncoso, se cierra los muros del cuartel de la tropa a cargo del ingeniero militar Antonio de Narváez y el ingeniero militar Manuel Hernández en 1752, propone levantar un nuevo fuerte encima del existente, pero fue rechazado. Cuando el ingeniero militar Agustín Crame lo inspecciona, propone adicionarle un almacén para pertrechos y cocina, obras no realizadas como se proyectaron.
Por el año de 1945, don José Manuel Conde realiza la torre en el lugar señalado para el almacén de pertrechos.