BERLÍN_ Las próximas visitas parlamentarias a Paraguay, Uruguay y Centroamérica, así como el encuentro birregional de ministros de Exteriores (en Argentina, octubre de 2022) tendrán como base la nueva estrategia de la UE para América Latina y el Caribe (LAC). El momento es crucial.
«Durante demasiado tiempo, laUnión Europea(UE) no ha puesto a Latinoamérica al nivel que le corresponde. Me alegro mucho de que, por fin, esto vaya a ser una realidad”, comentó a DW Inmaculada Rodríguez Piñero, que preside la conferencia de todas las delegaciones para las relaciones con países terceros en el Parlamento Europeo.
Se trata de la «Hoja de ruta hasta el 2023” que fue presentada ante los 27 ministros de Exteriores de la UE, el pasado18 de julio. ¿De qué se trata?
Rusia, China, pandemia
«China ha desplazado a la UE como segundo socio comercial de la región y está superando, en algunos países, incluso a Estados Unidos”, añade Rodríguez Piñero, especialista en comercio internacional. Lleva años advirtiendo a las instituciones europeas de esta tendencia.
«Tras la invasión de Rusia a Ucrania, países de la Unión que antes no tenían interés en la región se han dado cuenta de la importancia de tener socios estratégicos estables y con posiciones afines”, añade la eurodiputada española, del bloque socialdemócrata. Que los 33 países de LAC y los 27 de la UE sumen un tercio de los votos en Naciones Unidas lleva a la diplomacia de Bruselas y a la Comisión Europea a presionar por una «ofensiva” diplomática, política y comercial.
Con todo, no es que la UE no haya estado presente en LAC: entre 2001 y 2022 ha observado casi cuarenta jornadas y procesos electorales. Asímismo, tiene acuerdos, si bien de distinta índole, con casi todos sus países. La piedra en el zapato es que falta concluir el acuerdo con los del Mercosur. Y la modernización de los acuerdos con Chile y México. Estos dos acuerdos habrían de ser concluidos todavía en este año. El cambio de gobierno en Brasil -socio estratégico de la UE junto con México- facilitaría la conclusión del tratado con el gigante mercado del sur.
Los hechos precedieron a las palabras de este documento, en el que se habla también de intensificar la cooperación y de inversiones en la transformación verde y digital.
Después de casi una década de ausencia física de representantes de la UE en territorio sudamericano, entre noviembre de 2021 y abril de 2022, cuatro países -entre ellos Chile y Brasil- fueron visitados por el Alto Representante de Relaciones Exteriores y Defensa de la UE, Josep Borrell. En abril de este año, el comisario europeo de Medio Ambiente se desplazó a Colombia, Brasil, Uruguay y Argentina. Poco después, la comisaria de Asociaciones Internacionales inauguraba en Panamá y Ecuador el cable BELLA que une digitalmente Latinoamérica con Europa.
En la agenda, que sigue la reciente Ruta 2023, ha habido desde gestión de crisis internacionales, bosques tropicales, transformación digital, crisis migratoria, Amazonía -pasando por inversiones verdes- hasta un nuevo acuerdo internacional contra los plásticos, la protección del Antártico y las poblaciones indígenas. También se trató de contraponer a la rusa, la versión europea de la invasión a Ucrania.
«En Latinoamérica he podido ver claramente la desinformación y la manipulación de la información por parte de Rusia”, apunta Rodríguez Piñero. «¿Cómo se puede combatir eso? A través de encuentros personales con sus líderes”, añade.
Cabe resaltar que, si en los últimos años han faltado desplazamientos al más alto nivel, la diplomacia parlamentaria europea, como evidencian los próximos encuentros en otoño, siempre ha estado presente. En estos encuentros, entre los europeos siempre han primado españoles y portugueses.
Son 27, no solo dos
«Erróneamente, la UE ha considerado que las relaciones con Latinoamérica eran de interés solo para España y Portugal. Ha sido la sucesión de dos crisis lo que ha dejado claro que es estratégica para toda la Unión. Para la seguridad alimentaria, ahí están Centroamérica, Brasil, Argentina. Es imposible pensar en una transición energéticasin unos recursos que no tiene la UE, pero sí Latinoamérica, en donde está el 60% de las reservas de litio y enormes reservas de otros minerales fundamentales para el desarrollo de energía solar y eólica”, apunta Rodríguez Piñero, ponente de los acuerdos con México y con Chile.
En cualquier caso, este nuevo ímpetu -que culminaría con acuerdos firmes durante una Cumbre UE-CELAC bajo auspicio español en 2023-, ¿mantendría al Nuevo Continente en su clásico papel de suministrador de materias primas para que Europa supere la crisis y logre la transición verde rebajando estándares para que Latinoamérica pueda exportar? «No”, responde Rodríguez Piñero.
«Nos ha costado mucho avanzar en reformar los capítulos de desarrollo sostenible en los acuerdos comerciales. Pero no tiene vuelta de hoja”, resalta. Se trata de novísimos instrumentos para poder sancionar a quienes, inversionistas o no, incumplan con los compromisos de desarrollo sostenible.
«Desgraciadamente, Europa avanza con celeridad solamente en las crisis. Y de esta última, la lección es que necesita de América Latina -viceversa también- para superar la brutal desigualdad y cumplir con la transformación verde y digital. También para contrarrestar a Rusia y China, que están intentando imponer un modelo que no es el de la UE ni el de Latinoamérica”, concluye.
*Informe de DW